Día del Detenido Desaparecido de la Enseñanza

Día del Detenido Desaparecido de la Enseñanza
Mesa en ADEMU

Muchas gracias por invitarnos en un día tan especial convocados por la memoria, recordando a compañeros desaparecidos que pertenecían a este gremio. Compañeros maestros y estudiantes cuyos nombres reconocemos en tantos carteles y consignas, presentes en cada lucha específica por una educación pública de calidad para todos. Recordar a nuestros desaparecidos en lo que fue su vida, sus sueños y militancia es la memoria activa que precisamos.
Algunos, como el maestro Castro, por capacidad y por ciclo vital, dejaron además un invalorable legado de experiencia y conocimiento; otros más jóvenes, estudiantes, nos dejaron su entrega, su pasión, su rebeldía, como valores imprescindibles para cambiar y transformar una sociedad.
No siempre tenemos presente su vida, sino más bien lo que ha sido la larga lucha por verdad y justicia sobre los crímenes que sufrieron. Pero hoy, en un homenaje de su gremio, creo que lo más importante a resaltar es su vida, sus proyectos y los proyectos de toda una generación en pos de un cambio social.
Hoy están ellos siete entre nosotros y Mariana (la hija de Jorge y María Emilia). Encontrar a Mariana fue todo un símbolo para los uruguayos. Y el arduo proceso personal que le posibilitó unificar su vida fracturada, volvió a encarnar un camino, también de lucha y una esperanza.
Tal vez en ese encuentro de Mariana, como de otros niños desaparecidos, hoy hombres y mujeres en plena madurez, reconocemos el tiempo transcurrido, lo largo y profundo de esta lucha.
Desde el 85, los distintos gobiernos imprimieron su ideología. Con Sanguinetti el olvido y la negación de lo sucedido que continuó en los primeros años post dictadura; la ley de caducidad que tanto nos perjudicó como sociedad. Que negó por tantos años la Justicia, aún hoy adormecida. Luego el gobierno de Jorge Batlle con su Comisión para la Paz (primer intento del Estado de liquidar el tema asumiendo la responsabilidad parcial sobre algunos desaparecidos) y los tres períodos frenteamplistas, que aún con un ritmo lento, con propuestas erráticas, permitieron avanzar en muchos ámbitos. En la verdad sobre los hechos, en los cuatro hallazgos de los compañeros, el análisis histórico, en legislación …y poco más. En este período se procesa con prisión a Bordaberry (presidente electo que disolvió las cámaras facilitando este proceso), y una veintena de militares más.
El reciente juicio en Argentina del Plan Cóndor, donde confluye toda esta operativa de EEUU para América Latina, ya no dejó posibilidad de dudas a los sistemas judiciales de cómo operaron unidas y coordinadas estas represiones en nuestros países del cono sur, sobrevolando fronteras, intercambiando prisioneros y el carácter INSTITUCIONAL de las mismas. La participación del ESTADO, in totum para llevarlas adelante.
Es el Estado quien debe hacer esta investigación, pero ya sabemos que fueron las madres, los padres hermanos, hijos compañeros de vida y de militancia quienes iniciaron esta lucha, buscaron, recopilaron, encontraron testigos presentaron juicios, para saber Qué pasó? Dónde están? Quiénes lo hicieron?
Y sigue estando sobre esos hombros toda la iniciativa al respecto. En estos años comprendimos que el Estado difícilmente se investigue a sí mismo, que el miedo fue y es uno de los mayores aliados de la impunidad y un instrumento privilegiado del autoritarismo y que los logros son siempre fruto de la movilización, de la persistencia y suma de iniciativas y voluntades.
Lo vemos en las multitudinarias marchas del 20 de mayo por todo el país. Y las vemos esencialmente como un pronunciamiento contra la impunidad. No exclusivamente de los crímenes del terrorismo de Estado, sino contra la impunidad de actos tremendos de abuso de poder y de crímenes cometidos hoy por funcionarios del estado. Ya no obviamente como una política institucional, sino como una práctica enquistada que no se combate con la fuerza y urgencia necesaria.
En síntesis, ningún gobierno desde el 85 a la fecha regaló nada. Todos pusieron sus propios obstáculos y agitaron los miedos de antaño.
Hoy estamos en una situación por demás difícil:
Las causas judiciales se empantanan (muchas llevan hasta 30 años tramitándose) la búsqueda de restos no avanza y las amenazas, intimidaciones, robos, a las personas que trabajan en el tema, han sido una constante. La investigación sobre el robo de los discos duros y la amenaza a los antropólogos del Grupo de Antropología Forense aún no muestra avances. Y es gracias a la persistencia de abogados, testigos, algunos fiscales y jueces que se obtienen algunos resultados (aunque tardíos siempre imprescindibles).
Lamentablemente, esa revisión de la actuación de las instituciones estatales, especialmente las represivas, las Fuerzas Armadas, pero también las diplomáticas, las administrativas… sigue pendiente. Y nada se ha hecho respecto a los grupos económicos que alentaron, sostuvieron y lograron ganancias gracias al Terrorismo de Estado.
A 43 años del golpe la gran pregunta sigue siendo si estamos generando las garantías de no repetición. Si esta conducta errática, omisa en tantos aspectos, resultan un avance en cuanto a esas garantías. Creemos que NO.
Es muy grave para nosotros el lugar que este gobierno está dando a las Fuerzas Armadas, como interlocutor válido para temas tan sensibles como son la educación y la seguridad. Una participación que no les compete. Una práctica propia del período dictatorial, que implica volver a darles una legitimidad absurda e incongruente con nuestra institucionalidad republicana.
Además, ¿qué credenciales tienen para convertirse en educadores en valores? Como cuerpo, nunca reconocieron su accionar criminal. Hasta que no expliciten un sincero arrepentimiento y un sólido compromiso con nunca más ser el brazo ejecutor del Terrorismo de Estado, entreguen todos los documentos y archivos, formen los Tribunales de Honor y condenen a los criminales de sus filas, no tendrán ninguna autoridad moral para hablar de valores y menos democráticos. Si hoy, continúan educando a las nuevas generaciones de militares en el orgullo de la barbarie cometida, ¿les vamos a confiar a nuestros jóvenes?
La gravedad de estos hechos parece ignorada por muchos sectores políticos que integran el Frente Amplio que ni siquiera logran mayorías para retirarse de las “misiones de paz” que actúan como ejércitos de ocupación.
Tampoco tocan sus increíbles privilegios económicos. A su caja profesional deficitaria en 400 millones de dólares anuales que pagamos todos, prometieron cambiarla pero aún no se conocen proyectos. Siendo un tema tan claro! Y mientras no dudan en recortar ingresos a la educación y la salud. ¿Qué esperan para terminar esto, qué temen?
La poca y tardía justicia sobre estos crímenes del Terrorismo de Estado genera un mensaje que además de reforzar la impunidad de los delitos, invisibiliza y ampara otras impunidades de funcionarios del estado cometidas en el presente. Si lo sumamos a la dificultad de acceso a la justicia que tiene la población más vulnerable, más pobre, más joven, la política de endurecimiento de las penas que se está imponiendo borra los logros de la lucha más importante de dos años atrás: el NO a la baja. Se desconoce esta voluntad popular, ese inmenso esfuerzo que se hizo por profundizar en este tema y buscar otros caminos que refuercen el acceso a la educación y no a la cárcel.
En cuanto al Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia: Familiares tiene una postura histórica de colaborar con todas las institucionalidades que el Estado forme para investigar y responsabilizarse del tema. Hemos exigido esa actitud del Estado, y desde la sentencia Gelman, de alguna manera deben internacionalmente dar cuenta de que algo están haciendo para cumplirla.
Gran parte de este trabajo por verdad, sólo se puede hacer desde el Estado: entrar a todos los lugares donde existan denuncias de enterramiento, archivos, acceder con más facilidad a expedientes judiciales, etc.
Ningún Grupo de Trabajo, Comisión o Secretaría puede avanzar si no hay voluntad política del gobierno, que respalde ese trabajo. En concreto este diseño de Tabaré –que fue el mejor diseño hasta la fecha, pero muy tardío (lo pudo hacer en el 2005)- juntó a siete personas que respetamos, que trabajan honorariamente para dar cumplimiento al mandato de esta comisión que es TODO!! Desde políticas de memoria y reparación, hasta búsqueda. Revisión de los casos de muertes-asesinatos-leyes, en fin, una tarea imposible de abarcar. Una magnitud de tarea que en el mejor de los casos será difícil de cumplir si no es impulsada por todo el ejecutivo.
Dieron una buena señal al interpretar de manera abierta el acceso a los archivos en su poder, de recibir a las organizaciones de la sociedad civil y tratar de cumplir y articular sus pedidos pero obviamente, el trabajo va demasiado demasiado lento y los tiempos apremian.
No perdimos independencia por decidir participar. Nos sentimos libres de criticar y responsables de poner la crítica donde creemos que está el problema.
No estamos contentos con esos resultados que requieren otro vigor. Vigor que no depende exclusivamente del Grupo de Trabajo.
Pero aquí están ustedes., manteniendo viva la memoria. Para interpelar, criticar y proponer nuevas acciones. Esa memoria que nos pertenece como pueblo, como sociedad, es el verdadero sostén de nuestras banderas, nos ayuda a estar alertas y activos frente a nuevos y diferentes atropellos o abusos de poder y hace posible trabajar juntos para integrar esta experiencia y tener la esperanza de un país mejor.
Verdad, Memoria y Justicia.

Madres y familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos

01.08.2016