25 de enero de 2018 : Recordando a Perico, a 17 años de su desaparición física.
Recibimos y difundimos
Queridos amigos/as: Como todos los años nos dirigimos a ustedes recordando esta fecha para tener presente a Perico.
Hace 17 años, el 25 de enero de 2001, Perico nos dejó físicamente como consecuencia de un accidente de ruta en el balneario Costa Azul.
Su obra y su pensamiento mantienen total vigencia y desde entonces hemos procurado difundirlos de manera permanente, buscando trasmitir esa actualidad que ayuda a enriquecer nuestro compromiso con los demás.
Algunas informaciones.
1.- En abril de 2017 (mes del cumpleaños de Perico) realizamos dos jornadas en la sede de la “Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo” – con su apoyo- poniendo el acento en diversos aspectos del pensamiento y la acción de Perico.
Muchos de ustedes nos acompañaron en esas instancias.
2.- La Red ha continuado los trámites para lograr que una “Marca de la Memoria” recuerde el Ayuno de Agosto de 1983, a iniciativa de SERPAJ, llevado a cabo por Perico (acompañado por el P. Jorge Osorio y el Pastor Ademar Olivera), para promover la reflexión que ayudara en aquel momento a retomar las conversaciones en busca de una salida a la dictadura.
El ayuno –apoyado calurosamente por mucha gente- tuvo lugar en la sede que ocupaba entonces SERPAJ en Gral. Flores 4050.
Hemos obtenido la aprobación de la Junta Departamental y de la Intendencia de Montevideo, a los efectos de llevar a cabo esa iniciativa que esperamos poder concretar en 2018 .
3.- El Senador Dr. Marcos Carámbula ha propuesto a SERPAJ la realización de un film documental sobre Perico, que estará a cargo del cineasta Esteban Schroeder.
La Red de Amigos de Perico ha sido invitada a participar en esta iniciativa para la cual se ha decidido comenzar una tarea de relevamiento de materiales fotográficos, publicaciones, videos, etc.
4.- Oportunamente haremos llegar a ustedes información sobre algunas actividades que nos proponemos llevar a cabo en 2018.
En todo caso, la Red permanece siempre abierta a considerar las sugerencias que quieran trasmitirnos.
Saludamos a todos/as muy cordialmente,
Por la “Red de Amigos de Luis Pérez Aguirre”:
Amparo Rodríguez , Martha Márquez, Cecilia Iannino,
Vilma Varela, Brenda Bogliaccini, Marta Scapusio, Malena Laucero.
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En adjunto les acercamos UNA LECTURA DE PERICO, para recordar su pensamiento, en este caso sobre un tema de preocupante actualidad en nuestra realidad nacional: la desigualdad y la violencia sufridas por las mujeres.
(Del libro “La condición femenina, ed. Trilce, Mvdeo. 2003, p. 50 y ss)
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UNA LECTURA DE PERICO. (Del libro “La condición femenina”)
“La desigualdad y la opresión que sufren las mujeres en todas partes sigue siendo de raigambre muy profunda y siguen comprometiendo a toda la humanidad y prácticamente a casi todas las culturas existentes en el planeta. Esto tiene que ver con el funcionamiento general del sistema y con la organización patriarcal de la sociedad. La mujer sigue siendo “invisible” reproductora cotidiana, doméstica y generacional de la mayor fuerza de trabajo en el mundo y de su socialización. Este hecho permite la mayor liberación de la mano de obra masculina para conducir y explotar a la mujer en el aparato productivo mundial.
Cabe entonces preguntarse por qué, con qué fundamento, las desigualdades entre los derechos de los varones y de las mujeres han sido defendidas y justificadas a lo largo de la historia. Pareceria que no hay duda que esto se hizo apelando a las diferencias siempre entendidas como “naturales” entre los sexos. No es difícil rastrear en la historia el argumento “naturalista” que justificó todo tipo de discriminaciones. La capacidad de parir de la mujer ha sido culturalmente interpretada como la función “natural” por excelencia de la mujer, lo definitorio de lo femenino. Esa concepción luego se extendió al papel social de “ama de casa”. (…) Porque son capaces de parir y amamantar, las mujeres fueron confinadas al ámbito doméstico, privado, a los trabajos del hogar, al cuidado infantil y sometidas a los varones.
La casa familiar terminó por constituirse en el lugar de trabajo “natural” de las mujeres, donde ellas hacen gratis y de manera “invisible” para el sistema económico y social, la casi totalidad del trabajo de atención y cuidado humano de los hijos y del compañero varón. Tambien el cuidado de los ancianos, los enfermos, los inválidos y los minusválidos pertenece a la esfera doméstica, o sea, es responsabilidad prioritaria de las mujeres.
(…) Ante esta situación se vuelve imperioso transformar el concepto de derechos humanos desde una perspectiva de género, de manera que considere realmente las vidas de las mujeres. (…). No cabe duda que hasta hoy día a escala mundial las mujeres, por el mero hecho de serlo, sufren diariamente las consecuencias de la discriminación a su rol femenino y son puestas en un status inferior al del varón. (…)
Por supuesto que ello no se impone y mantiene así sin violencia. Para lograr esta situación a las mujeres se les somete con violencia inaudita que forma parte de su cotidianidad. Se les pega, se les viola, se abusa de ellas moral y sexualmente, se les mutila. Pero como esas violaciones a sus derechos humanos son generalmente perpetrados en un ámbito doméstico y familiar, no son percibidas como violaciones a los Derechos Humanos.
Para salir al paso de esta dramática situación se llegó a la aprobación por la ONU (1979) de la “Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer” que es una suerte de Declaración de los Derechos Humanos de las Mujeres.
(…) Si cuando decimos derechos humanos, nos preguntásemos qué es lo primero que imaginamos seguramente coincidiríamos en que imaginamos ciertas violaciones a ciertas libertades políticas como las de reunión y expresión, a las torturas y a las desapariciones forzadas. Más dificultad tendríamos en imaginar como violación a los derechos humanos el acoso sexual de que son víctimas las mujeres de todas las edades y culturas, razas y clases sociales, o el no ser contempladas en sus derechos reproductivos, o ser degradadas a “objeto sexual” en los medios masivos de comunicación por la deshumanización de su imagen femenina para el interés de los varones. No relacionamos esos hechos con una violación a los derechos humanos porque en realidad solo se ejercen contra mujeres (y sus derechos). (…) Entonces urge, para superar esta situación intolerable, dar una perspectiva de género a los Derechos Humanos.
(…) Nacer mujer es todavía hoy nacer violada en al menos dos derechos humanos fundamentales: el derecho a la igualdad y el derecho a la libertad respecto del varón. Ellos usan del cuerpo y los afectos de la mujer como propiedad mientras nadie los nombra en el terreno de los derechos humanos”.
Luis Pérez Aguirre, La condición femenina, ed. Trilce, Mvdeo. 2003, p.50 y ss.