25 de noviembre – Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres

En Uruguay, el terrorismo de Estado también fue un régimen de violencia de género. La tortura y la violencia sexual contra las compañeras presas políticas fueron prácticas sistemáticas para castigarlas por su militancia y por ser mujeres. Durante años, ese horror fue silenciado por el discurso oficial y por la imposición del miedo.

En 2011, 28 ex presas políticas denunciaron tortura y violencia sexual. La primera sentencia llegó recién en 2022, sin reconocer la tortura sexual como delito de lesa humanidad y sin contemplar reparación alguna. La impunidad persiste, y algunas de las denunciantes ya no están para verlo. Esa lucha, sin embargo, abrió caminos: impulsó dos audiencias públicas ante la CIDH, visibilizó la revictimización que pesa sobre estos casos y logró que la Corte IDH sancionara al Estado uruguayo por la falta de perspectiva de género en la investigación de los crímenes de la dictadura. Hoy se espera que el Estado cumpla con las obligaciones establecidas.

A 50 años del golpe, el Memorial de las Mujeres —impulsado por las propias ex presas y acompañado por la IM y la Udelar— recuerda a casi 1800 compañeras que resistieron con solidaridad, con canto, con organización. Ellas salieron, se juntaron y denunciaron. Su memoria es parte viva de la lucha por verdad y justicia.

Ese enquistamiento histórico en la impunidad también se refleja en las violencias de género que atraviesan el Uruguay de hoy. Las formas más crudas —como la violencia vicaria— muestran cómo la impunidad sobre los delitos del pasado habilita nuevas y viejas violencias sobre los cuerpos y las trayectorias de mujeres, niñas y adolescentes. Con 117 denuncias por día y un femicidio o tentativa cada once días, la crueldad patriarcal se profundiza mientras el Estado sigue sin priorizar una respuesta integral. Es esa misma impunidad, acumulada y negada durante décadas, la que alimenta la violencia de hoy.

Este 25 de noviembre, desde Famidesa abrazamos su lucha. Recordamos a cada compañera que enfrentó violencia en manos del Estado y reafirmamos lo que sostuvimos siempre: no hay Nunca Más sin verdad completa, sin justicia y sin reparación.