Agradecimiento de Madres y Familiares al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF)

Montevideo, 16 de noviembre de 2015

Dr. Luis Fondebrider

Estimados compañeros todos del EAAF

Presente

Por este intermedio, Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos quiere hacerles llegar nuestro reconocimiento y enorme gratitud por vuestra colaboración solidaria e invalorable.

Muchos han sido los obstáculos – ajenos a la voluntad de ambas asociaciones – que debieron ser sorteados para retomar, felizmente, el cauce de nuestra relación que data de muchos años de vínculo fraterno. Muchos serán también los escollos que debamos superar en el futuro. Pero estamos seguros de poder hacerlo con el esfuerzo mancomunado de todos nosotros.

Para nuestro colectivo ha sido la piedra angular y el fundamento de nuestro accionar la búsqueda de nuestros seres queridos. Búsqueda que, pasados más de treinta años del retorno a la democracia, debe seguir enfrentando tanto la impunidad, como el pacto de silencio de los militares que aplicaron el Terrorismo de Estado en nuestro país y quienes con ellos se solidarizan – aun hoy, sean civiles o militares – desde algunos círculos de poder enquistados en el Estado, o desde algunas tiendas políticas ligadas o no al gobierno de turno.

En esta larga búsqueda distintos actores han hecho lo imposible, primero, para intentar negar los hechos acaecidos e ignorarnos en nuestras denuncias, y luego para deslegitimarnos constantemente. Han querido dar “vuelta la página” en nuestra sociedad sin Verdad y sin Justicia, han querido embretar nuestra causa en el debate de la teoría de los “dos demonios”, o reducirnos a que somos meramente un grupo de “viejas buscando huesitos” o gente “en busca de  venganza”.

Se equivocan ayer y hoy: nuestra  causa no solo es contra la desaparición forzada, sino que reivindica la integridad de la dignidad humana y una convivencia social regida por principios éticos que denuncien – sin claudicar – toda afrenta a los derechos esenciales. Ese reclamo está en sectores cada vez más amplios del corazón de nuestra gente y, principalmente, en nuestra juventud estudiosa y trabajadora que forjará un mañana en el que se construyan las garantías ciertas del “Nunca Más”.

Mucho valoramos vuestro compromiso ético, desinterés y apoyo incondicional a las víctimas y su lucha, traducido hoy en acciones concretas de colaboración hacia la labor del Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia y del Grupo de Investigación en Antropología Forense – Giaf – . Particularmente, en cuanto respecta al apoyo a éste último, de quien sabemos de su redoblado esfuerzo y con quien estamos hermanados en la búsqueda.

Somos conscientes que no podemos sembrar falsas expectativas, ni esperar resolver rápidamente temas que llevan tiempo pendientes en nuestra sociedad, sin embargo estamos seguros  que le daremos un nuevo y renovado impulso a nuestra búsqueda, que nos ayudarán a reorientarla, proceso que ya comenzó con el GIAF, aportando vuestro compromiso ético y humano, vuestra sensibilidad, vuestro profesionalismo y la larga experiencia acumulada.

Reciban de parte de todos nosotros un fraternal y cálido saludo,

por Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos

                                       Milka González                                              Oscar Urtasun

                                       Elena Zaffaroni                                                 Nilo Patiño

A 10 años del hallazgo de los restos de Ubagesner Chaves Sosa y Fernando Miranda

Hace 10 años, el 29 de noviembre de 2005 el hallazgo en una chacra de Pando, del primer cuerpo de uno de nuestros desaparecidos, conmovió a nuestra sociedad.

Ahí estaba. Era la dolorosa prueba de que todo lo denunciado era verdad.

Ubagesner fue el primero. Su familia, sus compañeros de militancia, las organizaciones de Derechos Humanos, los sindicalistas, estudiantes, las personas de este país, todos sentimos hondamente esa verdad, ese dolor, y la importancia de tenerlo entre nosotros.

Su cuerpo habló, como a los 3 días, lo hizo el cuerpo de Fernando Miranda encontrado el 02.12.2005 en el Batallón N° 13 de Infantería, y años después, Julio Castro (el 21.10.2011) y Ricardo Blanco (el 15.03.2012) en el Batallón de Paracaidistas N° 14 de Toledo

Confirmó lo que sostuvimos siempre: fueron secuestrados por personal militar, torturados, asesinados y ocultados sus cuerpos, convirtiéndolos en un inmenso estigma y amenaza a la sociedad

A 10 años de los 2 primeros hallazgos  la búsqueda de los desaparecidos no ha tenido resultados sustanciales. Son 4 los compañeros encontrados e identificados en territorio uruguayo. Todos hallados en predios militares o de uso militar en la época; todos enterramientos primarios (no fueron cremados y tirados al mar, como mintieron los mandos en su primer informe al presidente Vázquez).

Es cierto que no estamos igual. Los avances obtenidos han sido importantes y fruto de enorme esfuerzo y perseverancia. No sólo de los familiares.

Ejemplo de eso es la  multitud que hace 10 años acompañó los restos de Ubagesner hasta el cementerio del Buceo y el velatorio de Miranda en su aula de la UdelaR. Esa presencia multitudinaria fue la clara expresión de que esto no se olvidará, que esta lucha es de todos, que estábamos conmovidos pero más fuertes; que encontrarlos es ir desarmando ese terrorismo que los ocultó y que esta búsqueda debe continuar.

El involucramiento de la sociedad ha crecido con el paso del tiempo. Lo vivimos cada 20 de mayo, donde este reclamo y conciencia, se extiende por todo el país e incluye año a año nuevas generaciones.

La lucha por el reconocimiento de lo que pasó, es una batalla ganada que se va consolidando con las muchas  iniciativas locales y grupales de estos últimos años. Señalando sitios de represión, y marcando lugares de resistencia; contando lo que sucedía en las cárceles, cuarteles y comisarías diseminados por todo el país. Llevando decena de casos ante la justicia. Denunciando los centros de tortura y los esfuerzos de lucha, solidaridad y resistencia que mantuvo la vida. Transmitir esto a las nuevas generaciones, mantener  una memoria viva es un compromiso permanente.

El problema hoy no es la negación de lo que el país vivió en los años del terrorismo de estado, sino las trabas y complicidades que favoreciendo el secreto y la mentira consolidan una cultura de impunidad que se fortalece con el tiempo transcurrido.

Las carencias provienen del aparato estatal – Fuerzas Armadas, Suprema Corte de Justicia, Ministerio de Defensa ejemplifican esto claramente- superarlas implican una voluntad política que sigue siendo insuficiente y que obstaculiza la construcción de una sólida democracia participativa, la única barrera para evitar que lo de ayer no se repita.

Por Memoria, Verdad y Justicia

Montevideo, 29 de noviembre de 2015.


Cháves Sosa, UbagesnerUBAGESNER CHÁVES SOSA

Nacido en Tranqueras departamento de Rivera el 15 de febrero de 1938, casado y padre de una hija, obrero metalúrgico, fue militante sindical e integrante del Partido Comunista. Fue detenido en la vía pública el 28 de mayo de 1976, por hombres de civil que se identificaron como pertenecientes a las Fuerzas Conjuntas.

Su esposa, Isidora Musco fue detenida y trasladada a la base aérea Boiso Lanza. En ese lugar reconoció a Ubagesner encapuchado. Logró identificar además a los agentes que intervinieron en el allanamiento de su domicilio, quienes le dicen que su esposo había sido trasladado a otra dependencia militar luego de haber estado en la base aérea.

Al reclamo de la Comisión de Derechos Humanos de la OEA, por nota de fecha 1º de diciembre de 1977, el Gobierno uruguayo respondió, entre otras cosas, que Ubagesner Cháves Sosa había sido .detenido e internado al amparo de las Medidas Prontas de Seguridad el 28 de mayo de 1976 y que el 8 de junio de ese año, .en circunstancias en que el detenido era trasladado a otro lugar, logró darse a la fuga en la zona comprendida entre Bulevar Propios y Teodoro Álvarez.

La esposa declaró ante la Comisión Investigadora Parlamentaria el día 24 de febrero, o sea, antes de la detención, estuvieron en su casa las Fuerzas Conjuntas, a las dos menos cuarto de la madrugada. Eran personas vestidas de particular que estaban armadas. Allanaron la casa, se quedaron dos días esperando que su esposo llegara. Es decir que desde febrero a mayo, en que lo detuvieron, lo buscaron permanentemente…

Fue detenido el 28 de mayo a las 5 de la tarde a dos cuadras de nuestra vivienda. Traía un regalo para nuestra hija Valentina y en el momento de la detención les dijo a unos vecinos del lugar que vivíamos en la calle Máximo Gómez. Ellos dieron con nosotras. Quienes lo detuvieron, hablaron en clave por teléfono y vino una chanchita donde lo trasladaron…

Fui a la Región Militar Nº 1 para averiguar dónde estaba. Allí me mandaron al Comando Mayor del Ejército; durante mucho tiempo me mandaron del Comando a la Región Militar y de ésta al Comando, hasta que un funcionario me dijo que no estaba en el Ejército, que buscara en la Aviación o en la Marina. Fui a la Marina y no estaba. Fui al Comando de la Aviación y me mandaron a la Región Nº 1. Contesté que de allí venía; me mandaron a la vereda a esperar y después de largo rato me dijeron que esa persona estaba requerida. Insisto y doy la fecha de detención; me dejaron plantada… Yo estaba trabajando, no podía faltar. En una oportunidad vi a las personas que hicieron el operativo en casa; les pregunté si se acordaban de mí y contestaron que sí, que era la mamá de Valentina. Pregunté por mi esposo, a quien quería llevar ropa y medicamentos; me contestaron que había sido trasladado y no sabían su paradero… Quien siempre me atendió fue el cabo Pedroso… Este señor me hizo bastante guerra sicológica diciéndome que me olvidara de mi esposo, que yo era joven, que rehiciera mi vida, que a lo mejor él estaba en Cuba, Rusia o viajando… mi padre me dijo que lo único que iba a conseguir era desequilibrarme y que tratara de mantenerme serena y seguir adelante, por mi hija… Pero yo soy la señora y era la única persona que podía hacer algo por él.

Pregunté qué cargo o qué culpa tenía y qué había hecho. Mi esposo era dirigente metalúrgico, delegado de la fábrica en que trabajaba, tenía actividad política y ellos me decían que la literatura que él compraba en la feria o en los ómnibus, lo comprometían demasiado.

… Antes de esto, el 3 de junio de 1976 fui detenida en la casa de mi hermana y llevada junto con mi cuñado a Boiso Lanza. Allí vi a mi marido encapuchado parado; se le doblaban las piernas, tenía un custodia atrás que le gritaba: ¡No! ¡Firme, derecho!.. A mi esposo se le caía la cabeza o quería apoyar la cabeza en la pared.

Tenía los pantalones medio caídos y un buzo rojo de lana; y la camisilla salida del pantalón. Yo lo vi con manchas de sangre (…) Me interrogaron sobre sus actividades y a media noche nos liberaron (…)

El 10 de junio, a las 11 de la noche, vuelven otra vez tres personas, muy fuertemente armadas, buscando a mi esposo y preguntándome si no lo había visto, si no había estado en contacto con él. Yo les dije que no, que mi esposo había sido detenido el 28 de mayo…

Raúl Couto Pombo declaró ante la Comisión Investigadora Parlamentaria estando en la puerta de su casa con su esposa vieron detener a una persona que luego supieron que era Cháves. Tenía un paquete que dejó tirado en el jardín y pidió que lo entregáramos a Valentina, de la calle Máximo Gómez, cosa que pudimos hacer….

Óscar Mario Lasserra declara ante la Comisión Investigadora Parlamentaria Ubagesner Cháves Sosa, (…) pasó a vivir con él porque sabía que lo buscaban. Al volver a su apartamento una noche, fue detenido y llevado al Boiso Lanza. Allí se enteró que Cháves Sosa estaba ahí incomunicado; lo tenían en un sótano lleno de agua y con ratas. Hacía unos cuantos días que lo tenían sin darle agua ni comida (…)

… Un compañero al que estaban interrogando, vio que Chávez estaba tirado en el suelo, y dos represores se preguntaban si respiraba o no. Entonces entró otro oficial, saca a todo el mundo y suspende el interrogatorio (…) Al día siguiente un oficial a quien no vemos, pues nos hace poner contra la pared dice: sepan que Cháves escapó. Nosotros decimos ¿Cómo va a escapar una persona que está destrozada completamente?

El otro compañero oyó cuando otro dijo. Está muerto, no respira.

Gerardo Barrios declara ante la Comisión Investigadora Parlamentaria: Fue detenido el 8 de junio de 1976 por el Servicio de Inteligencia de la Fuerza aérea (Tropa Aérea de Combate) y trasladado a Boiso Lanza. Allí vio a Chávez. Los tienen juntos en la perrera lugar donde están los perros de los guardias.

… Los dos seguíamos siendo torturados alternativamente una vez él y una vez yo y en determinado momento quedamos solos. Habían terminado de torturar a Ubagesner y yo estaba parado contra una pared, en una misma pieza los dos.

Él estaba tirado sobre un tablón, desnudo y mojado. La noche era silenciosa. Yo sentía su respiración y me daba cuenta cómo empezaba a declinar. En determinado momento dice: por amor a mi partido, a mi mujer y mi hija…. y deja de respirar.

Yo lo llamo. Había una guardia del lado de afuera que hacía la vigilancia.

Llamo a la guardia. El guardia ingresa, sale. Llama a los oficiales que estaban afuera, que entran. Veo por debajo de la venda que me cubre los ojos el cuerpo de Ubagesner y uno de los oficiales le pone la mano en el pecho y dice: Es el bobo; llamen al médico.. Viene el médico. Cuando lo ausculta me comienzan a sacar de la pieza pero llego a oír al médico que dice: Sí, efectivamente es el corazón. Me sacan y no tengo más noticias de Ubagesner a partir de ese momento (…) Deseo señalar aquí a dos responsables de esto, con nombre y apellido. Estos dos oficiales hubo más, pero al resto no pude identificarlo. Fueron los que condujeron mi detención y mi tortura, así como la de Ubagesner. Uno de estos oficiales era el entonces Teniente de la Fuerza Aérea, Enrique Rivero, a quien luego, en 1981 reencuentro, con el grado de Capitán en el Penal de Libertad, como encargado de relaciones públicas. El otro responsable es el entonces Alférez .me refiero al año 1976. Alejandro López. Por culpa de estos dos hombres Ubagesner y yo fuimos torturados sistemáticamente (…).

Publicado en A TODOS ELLOS

*Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos (2004)

En el Informe final de la Comisión para la Paz, año 2003 se concluyó

1. La Comisión para la Paz considera confirmada la denuncia sobre desaparición forzada del ciudadano uruguayo Ubagesner Cháves Sosa (C.I. Nº 1.150.711), porque ha recogido elementos de convicción coincidentes y relevantes que permiten concluir que:

a) Fue detenido el día 28 de mayo de 1976 a las 17 horas, frente a la calle Vaimaca Nº 1280.

b) Fue trasladado a la Base Aérea de Boiso Lanza y recluido en la perrera de dicha unidad, sometiéndole a torturas.

c) En la noche del 10 al 11 de junio de 1976, durante un intervalo de la tortura, comenzó a respirar con dificultad y falleció. Pocos minutos después, cuando arribó el médico, constató su deceso, al parecer a consecuencia de una falla cardíaca.

d) Para ocultar su deceso, se fraguó la falsa versión de que se había fugado el 8 de junio de 1976.

2. Sus restos según la información recibida. Habrían sido primero enterrados en un lugar no especificado y después exhumados a fines del año 1984, incinerados y tirados al Río de la Plata.

El hallazgo de los restos de Ubagesner Chaves Sosa, y de Fernando Miranda, en fosas individuales y enterramientos primarios, desmienten esta información.

En la Justicia

En julio de 2008, fue radicada la  denuncia  por la “Desaparición forzada, torturas y homicidio” de Ubagesner Cháves Sosa en el Juzgado Penal de 7° Turno.

El 08.08.2012 , después de un largo proceso iniciado en julio de 2008, la jueza Mariana Mota procesó a los aviadores retirados Enrique Ribero Ugartemendia como autor material y José Uruguay Araújo Umpiérrez como coautor de un delito de homicidio muy especialmente agravado, calificado como crimen de lesa humanidad, a la pena de diecinueve y diecisiete años de penitenciaría, respectivamante.

Sentencia que la defensa apela, pero que queda definitivamente firme el 19.08.2014 luego de pasar su debido proceso por Tribunal de Apelaciones, Suprema Corte de Justicia y Fiscal de Corte.

29 de noviembre de 2005

 Primeros hallazgos en la chacra de Pando

(Fotos: Presidencia)

Hallazgo Ubagesner 1                    Hallazgo Ubagesner 2

         1° de diciembre de 2005

Hallazgo del resto del cuerpo en la chacra de Pando

(Fotos: Presidencia)

Hallazgo Ubagesner 3       Hallazgo Ubagesner 4

14 de marzo de 2006

Velatorio y entierro de Ubagésner Cháves Sosa

06.03.14 Entierro de Ubagésner Cháves Sosa1

06.03.14 Entierro de Ubagésner Cháves Sosa206.03.14 Entierro de Ubagésner Cháves Sosa3


Miranda Pérez, Fernando

FERNANDO MIRANDA PÉREZ

Nació en la localidad José Batlle y Ordóñez, departamento de Lavalleja, el 4 de julio de 1919, casado y padre de dos hijos, de profesión escribano, profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y militante del Partido Comunista.

Fue detenido por miembros de las Fuerzas Conjuntas el 30 de noviembre de 1975 en su domicilio, en presencia de su esposa y sus dos hijos. El operativo en el que participaron cuatro efectivos con vestimentas de civil, se produce en momentos en que el Dr. Miranda se encontraba en Punta del Este por razones profesionales.

Su esposa le comunicó telefónicamente la presencia de estos efectivos en el domicilio, y resuelve volver inmediatamente. Esperan su regreso, cosa que ocurre horas más tarde, procediendo a su detención y traslado a un lugar desconocido.

Su detención fue negada por las autoridades de la época pese a los insistentes y numerosos pedidos de su familia. Un informe posterior de la Policía de Montevideo consignaba que Miranda había abandonado el país el 11 de febrero de 1976, a las 22:00 horas, según consta en la lista del Ferry Boat- Gral. Artigas, con el Nº 208.

En tanto, en esas fechas se producen detenciones masivas de integrantes del Partido Comunista, se presumió desde siempre que Miranda había sido víctima de las mismas fuerzas represivas que intervinieron en otros casos. El hecho que, de acuerdo a las indagaciones realizadas por la COPAZ, su muerte por torturas se haya producido antes de las 48 horas de haber sido detenido, explica la inexistencia de testimonios de otros presos que lo hubieran visto o escuchado en cautiverio.

En un oficio remitido al Fiscal Militar de 2º Turno, del 9 de julio de 1987, el Teniente General y Comandante en Jefe del Ejército Carlos L. Berois, informa que Fernando Miranda fue requerido por el comunicado Nº 1337 de la Oficina de Prensa de las FFCC con fecha 8 de setiembre de 1976, no habiendo constancia de que hubiese sido detenido.

Luis Fernando Miranda declara ante la Comisión investigadora Parlamentaria: El 29 de noviembre de 1975 mi padre se dirigió conmigo a Punta del Este, donde estaba trabajando (…). El domingo 30, alrededor de las 8 de la mañana, me dijo que nos veníamos a Montevideo, porque él tenía que estar acá. Cuando estábamos en camino me acuerdo perfectamente que fue en la estación de servicio de La Floresta.

Mi padre me comunicó que lo habían venido a buscar; que mi madre lo había llamado a Punta del Este para decírselo. Llegamos a Montevideo sin ningún tipo de custodia, ni seguimiento. En casa había dos personas de civil, con transmisores, y una Combi azul parada afuera. Le dijeron que si quería llevar ropa podía hacerlo, y que si quería darse un baño que lo esperaban. Mi padre les respondió que no, que estaba pronto. A partir de ahí no tuvimos más información sobre él, a pesar de todos los trámites que se hicieron. Mi madre fue testigo. No puede declarar porque falleció.

Mi padre valoró la posibilidad de asilarse en la embajada de México; también pudo haberse ido a Buenos Aires pues tenía dinero con él, pero resolvió presentarse…

Javier Miranda, hijo de Fernando, declara ante la Comisión Investigadora Parlamentaria: A eso de las 4 de la mañana golpearon la puerta de mi casa y dijeron: Fuerzas Conjuntas. Pasaron, hicieron un allanamiento, hicieron firmar un papel como que se habían comportado correctamente. Nos comunicaron que venían a detener a Fernando Miranda. Les dijimos que no se encontraba; que estaba en Punta del Este.

Luego mi madre dijo que se le podría ubicar por la mañana. Los individuos éstos accedieron a esperar hasta la mañana.

Desde Punta del Este mi padre se había comunicado con el doctor Hugo Batalla, con mi tía y creo que con el doctor Viera. Los militares tenían un trasmisor con el que se comunicaban, e identificaban a la operación, o a ellos mismos, como Charlie Rojo.

Marta Álvarez, hermana de la señora de Miranda declara ante la Comisión Investigadora Parlamentaria: (…) mi hermana, al otro día .1º de diciembre de 1975. hizo la denuncia ante la Asociación de Escribanos. Desde ese momento hicimos innumerables gestiones. El 25 de mayo de 1976 llamaron a mi hermana de la Jefatura de Policía, para decirle que tenían noticias. Ella concurrió y el Sub comisario de Hurtos y Rapiñas le dijo: Mire señora, tengo que comunicarle que su esposo se fue en el Vapor de la Carrera, no se preocupe, su esposo va a volver. Cuando ella llegó a casa dijo que le acababan de dar la partida de defunción de su marido, pues no creyó nada.

Mi hermana también fue a ver a un consejero de Estado que había sido ayudante de él en la Facultad, el doctor Labadie Abadie, quien le dijo que llevara remedios a la calle Garibaldi, pero cuando fue a llevarlos no se los aceptaron porque no figuraba en la lista de presos.

Fuimos con el doctor Batalla a averiguar a la COT y figuraba el nombre de Miranda, junto con muchos pasajeros de nacionalidad brasileña quienes en ese momento viajaban mucho. En una lista que miramos para ver si había algún otro nombre conocido. Es decir que figuraba en la lista de pasajeros. Por un amigo militar supimos que también figuraba como llegando a Buenos Aires (…).

El Coronel Sergio Sosa .que era un gran amigo mío me dijo que estaba detenido y que se le acusaba de ser Escribano del Partido Comunista. El Embajador Alberto Areco Pittaluga, hoy fallecido, hizo averiguaciones y me dijo que lo habían llevado a una casa en Carrasco y allí había muerto en el submarino. Oficialmente, no tuvimos nada.

Mi hermana hizo buscar a mi cuñado por INTERPOL y el doctor Larrieux dijo que no se encontraba ningún expediente. El doctor Giambruno, al volver de las Naciones Unidas me dijo que mi cuñado figuraba en la lista de personas sobre las cuales tenía que averiguar. Más tarde pronunció un discurso en Ginebra diciendo que aquí había gente desaparecida y entre ellos nombró al escribano Fernando Miranda.

El militar Laborde me dijo que Fernando estaba detenido y que estaba muy comprometido, también que había declarado que su familia no tenía nada que ver (…)

A los familiares de Miranda les fue consignado que el Mayor Ramas y el Capitán Ferro, fueron quienes lo trasladaron en un vehículo militar desde su casa. Durante el trayecto Miranda recibe de Ferro un golpe de karate, ocasionándole pérdida de conciencia de forma inmediata. De ese estado no logra sobreponerse, falleciendo antes de las 48 horas de su reclusión. Esta información condice con lo afirmado por el propio Ferro en ocasión en que se dirige a un prisionero a quien interrogaba, amenazándolo y al mismo tiempo que comenta que en una oportunidad maté a un hombre con un golpe de karate. Ferro se ha dedicado a competir en este tipo de deporte y ha tenido a su cargo una academia de enseñanza en esta disciplina.

Publicado en A TODOS ELLOS

*Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos (2004)

En el Informe final de la Comisión para la Paz, año 2003 se concluyó

1. La Comisión para la Paz considera confirmada la denuncia sobre desaparición forzada del ciudadano uruguayo Fernando Miranda Pérez (C.I. Nº 638.387), porque ha recogido elementos de convicción coincidentes y relevantes que permiten concluir que:

a) Fue detenido en su domicilio, sito en la calle Somme Nº 1612, el día 30 de noviembre de 1975.

b) Fue trasladado a las dependencias del Servicio de Material y Armamento (SMA), ubicado en el predio del Batallón Nº 13 de Infantería.

c) En el momento en que era conducido a su primer interrogatorio, en la noche del 1º al 2 de diciembre de 1975, tuvo un enfrentamiento con sus custodios y recibió un golpe de karate en la nuca que le provocó la muerte.

2. Sus restos según la información recibida habrían sido primero sepultados en el Batallón 14 de Toledo y después exhumados a fines del año 1984, incinerados y tirados al Río de la Plata.

El hallazgo de los restos de Ubagesner Chaves Sosa, y de Fernando Miranda, en fosas individuales y enterramientos primarios, desmienten esta información.

2 de diciembre de 2005

 Hallazgos en el Batallón 13

(Fotos: Presidencia)

Hallazgo Miranda 1    Hallazgo Miranda 2

3 de diciembre de 2005

Desenterramiento de restos en el Batallón 13

(Fotos: Presidencia)

Hallazgo Miranda 3         Hallazgo Miranda 4

30 de marzo de 2006

Velatorio y entierro de Fernando Miranda

Miranda Pérez, Fernando, entierro

Velatorio de los restos  de Fernando Miranda PŽrez en la  facultad de Derecho.

Operativo Morgan

Fuente: Publicación Investigación Histórica sobre Detenidos Desaparecidos

Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente

 

Sobre el caso de Ubagesner Cháves Sosa

Reclusión: Unidad de Servicios del Aeródromo Cap. Boiso Lanza (U.S.A.C.B.L.), ubicado en Camino Mendoza, en el predio del plantel de perros, lugar conocido como “la perrera”.

Atribuido a: Órgano Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA), organismo dependiente del comando de la División del Ejército I. Integrantes de la Unidad de Servicios del Aeródromo Cap. Boiso Lanza (U.S.A.C.B.L.).

2o Jefe de la Unidad: Coronel José Araújo Umpiérrez, a cargo de la dirección de la Compañía C de la Unidad estaba el entonces Teniente 1o Enrique Ribero.

Visto por última vez: Según el informe de la Comisión para la Paz: 10- 11.06.1976. Según el informe del Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea al Presidente de la República: 01-02.06.1976. Según el testigo Gerardo Barrios: 03-04.06.1976.

Lugar: Aeródromo Militar “Capitán Boiso Lanza”.

Posible circunstancia de muerte: Durante el intervalo de una sesión de torturas deja de respirar. El médico constata su deceso, al parecer a consecuencia de una falla cardíaca. Su cuerpo fue enterrado en una chacra incautada al MLN-T a 5 kilómetros de las ciudades de Pando y Suárez, Departamento de Canelones, predio en custodia de la Fuerza Aérea Uruguaya. Según el informe del Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea al Presidente de la República, el supuesto lugar de enterramiento se encontraría en la huella de entrada, aproximadamente entre quince y veinte metros de la portera y a un metro de profundidad. (…)

Atribuido a: Integrantes de la Fuerza Aérea que revisten en la Unidad de Servicios del Aeródromo “Capitán Boiso Lanza” (U.SA.C.B.L.). Por testimonio del detenido Gerardo Barrios se sindica al Teniente (PAM) Enrique Ribero y al Alférez Alejandro López como los responsables directos de los interrogatorios y las torturas. Finalmente son imputados y sentenciados el 2o Jefe de la Unidad (U.S.A.C.B.L.), Coronel José Araújo Umpiérrez y el entonces Tte. 1o Enrique Ribero.

Hallazgo de restos

Procedencia de la información: 08.08.2005. Informe del Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea al Presidente de la República.

Inhumación: Chacra en custodia de la Fuerza Aérea ubicada en Camino de las Piedritas, Seccional Judicial N° 7, Departamento de Canelones, cercana a la ciudad de Pando.

Exhumación: 29.11.2005.

Realizada por: Grupo de Investigación en Antropología Forense (GIAF) de la Universidad de la República, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Excavaciones realizadas en el terreno en consulta con los asesores designados por la Presidencia de la República para cooperar con el Equipo uruguayo.

Sepultura: 14.03.2006. Cementerio del Buceo.

Sobre el caso Fernando Miranda Pérez

Quienes lo detienen, hombres vestidos de civil y armados, se identifican como integrantes de las Fuerzas Conjuntas. Los mismos hablan en clave, utilizando para comunicarse números y letras. Reclusión: Centro clandestino de detención denominado “300 Carlos”, “El Infierno Grande” o “La Fábrica”, que funcionaba en las instalaciones del Servicio de Material y Armamento del Ejército (SMA), a los fondos del Batallón de Infantería No 13, en Av. de las Instrucciones.

Atribuido a: Órgano Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA), organismo dependiente del comando de la División del Ejército I (DEI).

Integrantes mencionados en testimonios: Mayor Ernesto Avelino Rama Pereira (a) «Óscar 1», «El Tordillo», «El Gallego», «Puñales», jefe del centro de reclusión clandestino «300 Carlos» y el Capitán Eduardo Augusto Ferro Bizzozero (a) «Óscar», «Guillermo».

Visto por última vez: 01-02.12.1975.

Lugar: Centro clandestino de detención «300 Carlos».

Posible circunstancia de muerte: Durante el traslado a un interrogatorio y tras forcejear con sus custodios, el escribano Fernando Miranda recibe un golpe de karate en la nuca, ocasionándole pérdida de conciencia en forma inmediata. De ese estado no logra sobreponerse, falleciendo antes de las 48 horas de su reclusión. Se dará la versión oficial de que el 11.02.1976 viajó a Buenos Aires.

Hallazgo de restos

Procedencia de la información: El croquis y un pequeño plano dibujados a mano con la ubicación del sitio de enterramiento de Fernando Miranda es enviado en sobre cerrado y en forma anónima al Secretario de la Presidencia de la República, Dr. Gonzalo Fernández.

Inhumación: Batallón de Infantería Nº 13, entre el 1 y el 2 de diciembre de 1975.

Exhumación: 02.12.2005 en horas de la tarde.

Realizada por: Grupo de Investigación en Antropología Forense (GIAF) de la Universidad de la República, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, en consulta con el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), asesores designados por la Presidencia de la República para cooperar con los investigadores uruguayos.

Identificación de restos

Fecha: 01.03.2006.

Sepultura: 30.03.2006. Cementerio de La Teja.

Casos conexos en ambas desapariciones

El régimen militar desplegó a partir de octubre de 1975 una profunda persecución y represión contra toda la estructura orgánica del PCU. Todo indica que se trató de una decisión política adoptada en las más altas esferas de la cúpula militar. Esta operación a gran escala fue denominada en la jerga represiva como “Operación Morgan” y su epicentro fue la estructura del partido (Comité Central, finanzas y propaganda y demás). Para llevar adelante dicha operación, se recurrió a la detención de sus dirigentes y militantes. Es importante aclarar que la misma combinó, en forma paralela, sobre todo a partir de enero-febrero y hasta junio de 1976, la represión a la Unión de Juventudes Comunistas (UJC). Las acciones represivas fueron implementadas por el Órgano Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA). Este órgano operaba bajo la órbita de la División de Ejército I cuyo comandante era por entonces el Gral. Esteban Cristi, siendo el segundo jefe al mando el Cnel. Julio César González Arrondo. Fue por entonces que el OCOA comenzó a utilizar centros clandestinos de detención (CCD). Los detenidos eran allí interrogados mediante brutales torturas, permaneciendo en ellos varios meses en calidad de “desaparecidos”, luego de lo cual la mayor parte eran conducidos ante el Juez Militar. Los CCD utilizados durante la Operación “Morgan” fueron conocidos con el nombre de “Infiernos”, los que también fueron utilizados en la represión contra militantes de otras organizaciones izquierdistas. En un comienzo se usó la casa ubicada en Punta Gorda, en Rambla República de México N° 5515, también conocida como “300 Carlos R” o “Infierno Chico” y la casa conocida como “Cárcel del pueblo”, utilizada hasta 1972 por el MLN- T para retener secuestrados, situada en la calle Juan Paullier. Pero el día 2 de noviembre por la madrugada, las decenas de militantes que se encontraban detenidos en esos CCD fueron trasladados en camiones militares a inaugurar un tercer CCD, que sería conocido como “300 Carlos”, “El Infierno Grande” o “La Fábrica”3, emplazado en los galpones del Servicio de Material y Armamento (SMA), en los fondos del Batallón de Infantería Blindada No 13, sito en Avenida de las Instrucciones 1325, muy próximo a la vía férrea que une Peñarol con Manga. Tanto el Batallón como el SMA dependían directamente del Comando General del Ejército. Allí los detenidos tenían adjudicado un número por el cual eran llamados y que les era colgado del cuello, para convocarlos a las sesiones de tortura. En coherencia con el carácter “clandestino” de las operaciones, en estos CCD los represores actuaban de manera compartimentada, utilizando el alias de “Óscar” acompañado por un número. Entre las decenas de detenidos y torturados en estos CCD, doce fueron asesinados bajo torturas o murieron como secuela de las mismas en prisión en los años siguientes: Óscar Bonifacio Olveira Rossano, Nuble Donato Yic, Norma Aída Cedrés de Ibarburu, Carlos María Argenta Estable, Luis Alberto Pitterle Lambach, Emilio Fernández Doldán, Hugo Pereyra Cunha, Julián Basilicio López, Miguel Almeida Molina, Hilda Sara Delacroix Scaltriti de Ormaechea, Gerardo Cuesta, Silvina del Carmen Saldaña Lapeira y Carlos Etchebarne.

Nueve militantes fueron desaparecidos: Eduardo Bleier, Juan Manuel Brieba, Fernando Miranda Pérez (restos recuperados de su tumba clandestina el 2 de diciembre de 2005), Carlos Pablo Arévalo Arispe, Julio Gerardo Correa Rodríguez, Otermín Laureano Montes de Oca Doménech, Horacio Gelós Bonilla, Lorenzo Julio Escudero Mattos y Ubagesner Chaves Sosa. Este último caso correspondió a una operación conducida por oficiales de la Fuerza Aérea, en el contexto de la coordinación represiva (sus restos fueron recuperados de su tumba clandestina el 29 de noviembre de 2006).

No resulta evidente el momento de clausura de la Operación “Morgan”. Si nos atenemos al funcionamiento del principal CCD utilizado, las fuentes disponibles permiten considerar que hacia fines de 1976 o principios de 1977, el “300 Carlos” habría sido clausurado y los últimos detenidos en el lugar trasladados el CCD de “La Tablada”.

3 Nombre que le pusieron los propios detenidos por haber allí máquinas cubiertas con toldos.

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