Oratoria de Madres y Familiares, 10 de dicembre 2019

Montevideo, 10 de diciembre de 2019.

 

Gracias a todas y todos por acompañarnos otro 10 de diciembre. Día emblemático de reflexión sobre los Derechos Humanos.

La Declaración Universal proclamada en 1948 tuvo como objetivo eje, consagrar los valores intrínsecos a la persona humana. Preservar la vida, cuidarla, es de interés común, universal y por lo tanto, cualquier Estado que no proteja esos valores, agrede a la humanidad toda.

Fue histórico ese momento, pero sabemos que ha sido la lucha permanente de los pueblos la que ha exigido que se cumplan, la que sigue luchando por su vida, por su tierra, por su libertad.

Una lucha desigual. Porque son los Estados, los mismos que deben garantizarlos los que violan esos derechos.

Y el Estado, aunque es una continuidad, no es una entelequia sin nombre. Son los gobernantes los que en su nombre toman esas decisiones y son los tres Poderes, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, los que las ejecutan.

Los Estados poderosos que no aceptan la autodeterminación de los pueblos, agravan estas violaciones con invasiones, bombardeos y políticas de condicionamiento, que siempre paga el pueblo.

Son esas luchas, contra los autoritarismos, las discriminaciones de todo tipo las que han marcado la conciencia y los logros por todo el mundo: contra la esclavitud, el hambre, la pobreza; el derecho al trabajo, los derechos de las mujeres y de los niños, los derechos a la diversidad, a la libertad cultural, religiosa, de ser y estar en este mundo, los derechos de los migrantes, los ambientales y más. Y la seguirán marcando. Con avances y retrocesos, en una construcción permanente de justicia, igualdad, libertad.

En Uruguay tenemos muy presente aún lo que agregó la última dictadura a este sistema desigual de derechos que desarrolla el capitalismo: las inmensas violaciones a la libertad en todos sus órdenes.

La dictadura arrasó con nuestro Estado de Derecho, pero además impuso un disciplinamiento desde toda la institucionalidad estatal, reprimiendo todo lo que se salía de sus conceptos de “deber ser” en esta sociedad.

La impunidad siguiente, matrizó en muchos aspectos nuestra Democracia.

Estos últimos 15 años, hubieron muchos avances que potenciaron la “agenda de derechos” y eso ha sido bueno. Pero no ha sido así en cuanto a los delitos de lesa humanidad, la verdad y justicia imprescindibles, y la transformación de las Fuerzas Armadas. Y todo eso tiene que ver este día de los Derechos Humanos.

A pocos días del balotaje, a poco más de un mes de las elecciones, no podemos soslayar el nuevo marco que tendrán nuestras luchas.

Tenemos claro que en ningún logro debemos retroceder. De a poco vamos tejiendo entre nuestras variadas luchas por cada uno de estos derechos, esa conciencia que amplía nuestra libertad como sociedad. Todas estas banderas deben ser nuestras banderas.

El futuro presidente se comprometió públicamente con la búsqueda de los desaparecidos. Lo hizo cuando ya estaba conformada la coalición que le permitió el triunfo electoral y lo mantuvo frente a nosotros cuando le hicimos la advertencia sobre los peligros de integrar a Cabildo Abierto a esa coalición.

Ya habíamos hecho esta advertencia antes cuando Manini era Comandante en Jefe del Ejército y no existía este partido.

Un partido militar que, pese a incluir personas de varias procedencias, marca sus bases y desarrollo desde el Ejército -mientras Manini era Comandante en Jefe – y se conforma luego que es pasado a retiro, atrayendo a quienes han seguido reivindicando lo actuado por el Terrorismo de Estado, a nazis confesos, a provocadores como Silva, a los defensores de la impunidad.

El Dr. Lacalle aseguró que ese no sería un condicionamiento a su palabra. Fue una respuesta importante unida al compromiso de respaldar en todos sus términos el trabajo de continuar la búsqueda de nuestros compañeros, que ahora recae por Ley en la Institución Nacional de Derechos Humanos.

Por lo tanto, estaremos atentos a que esos pasos se den.

Hasta este momento, la única apreciación que sí queremos hacer y muy especialmente en el día de hoy, es sobre el significado de la existencia de un partido militar en Uruguay.

Muchos politólogos ya han advertido sobre este cambio. Y nosotros ya lo hemos expresado en muchos momentos: este fenómeno no brota del aire, de la nada, su claro origen está en la impunidad y se desarrolló al amparo de la debilidad política de ministros, presidentes, legisladores y jueces que no pusieron coto a sus desbordes constitucionales, a sus desplantes y mentiras.

Para nosotros, Madres y Familiares de Uruguayos de Detenidos Desaparecidos este nuevo partido, no es un interlocutor válido; representa la reivindicación de las atrocidades del Terrorismo de Estado. Detrás de algunas vagas declaraciones seudo-democráticas encierra un profundo autoritarismo y la amenaza de la repetición de un terrible pasado.

La Desaparición Forzada continúa presente en Uruguay, enquistada en el ocultamiento de los cuerpos de nuestros desaparecidos, cobijada por políticas permisivas hacia sus perpetradores, protegida por barreras de impunidad.

El Estado fue y es responsable de que los delitos de lesa humanidad continúen impunes.

Fueron los más altos mandos militares los que decidieron el destino de nuestros familiares. Es en Batallones reservados al mando directo de los Comandantes en Jefe del Ejército (como el 13 y el 14) donde encontramos los restos de 5 de nuestros desaparecidos.

Los perpetradores, y los comandantes posteriores ocultaron a los responsables de los delitos, los cobijaron como demuestran las actas del Tribunal de Honor, por las cuales la justicia cita a Manini Ríos.

Son sus propios compañeros Generales quienes lo acusan de no aportar los datos a la Justicia. Y él, a nuestro entender, se auto incrimina al no comparecer.

La ideología que los sostuvo hasta hoy, no ha sido derrotada, ni siquiera se ha acallado como lo vimos en expresiones de integrantes de su lista. Es una ideología además agresiva, que llama al odio, al regreso de los escuadrones, a resolver las diferencias por el exterminio del otro.

Ya conocemos la táctica de Manini, su accionar impredecible y desafiante volvió a quedar demostrado con su último video al borde de la veda y otra vez la tibieza de la respuesta sólo consigue legitimar su práctica y envalentonarlo.

Los logros obtenidos nos han costado mucho trabajo.

Ningún gobierno regaló nada. Son fruto de la militancia, la perseverancia, la conciencia que crece de la mano de los trabajos de memoria, desde un perfil irrefutable sobre el derecho a la verdad y la justicia, a la libertad de ser y pensar. Valores que no coexisten con las dictaduras y autoritarismos.

Es la impunidad quien acarrea estos peligros, la que condiciona nuestra convivencia, nuestro presente y las luchas del futuro.

Vemos la vuelta a ese surco fácil de la represión sin barreras en Chile, en Bolivia, en Colombia, como antes en Ecuador; la multitud movilizada en respuesta al ahogo que las inhumanas políticas neoliberales provocan. Es conmovedor lo que están haciendo esos pueblos, sus jóvenes, sus campesinos.

Y es gravísimo lo que “el país modelo” de Chile nos muestra: no son “nostálgicos”, sino que siguen presentes, sostenidos por las mismas ideologías y acudiendo a los mismos métodos de represión, encarcelamiento, violación, desapariciones, para sofocar las justas demandas de sus pueblos.

Por todo esto, insistimos: buscar y encontrar a nuestros desaparecidos es una parte esencial de esta lucha por el afianzamiento de los caminos democráticos.

Cada hallazgo nos devuelve mucho más que a la querida o querido compañero que tanto buscamos. Golpea al corazón de la impunidad y trae la esperanza que esta lucha los rescatará a todos y con ellos abrirá un camino de mayor libertad.

La lucha por todos los derechos confluye y se potencia. Y sale a las calles de todo el país cada 8 e marzo, cada 20 de mayo y cada día de la diversidad.

Hace mucho que no estamos solos. Hace mucho que nos acompañamos.

A nuestros compañeros hay que buscarlos y encontrarlos. Con más fuerza, más investigación y exigencia a quienes deben aportar datos y no obstruirlos.

Que no tengan cabida en esta sociedad ni los crímenes ni sus perpetradores. Ni los ideólogos de estas barbaries, que se maquillan y reciclan una y otra vez.

Todos somos Familiares. ¡¡Que nos digan donde están!!

Verdad, Justicia, Memoria y Nunca Más Terrorismo de Estado.

 

Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos