Acción Global por Ayotzinapa, setiembre 2017

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Este 26 de setiembre se cumplen tres años de un dolor inmenso, que sigue atravesando a los padres, madres y estudiantes de Ayotzinapa, al pueblo todo de México y a quienes, en la distancia, nos hemos hermanado en esta lucha por verdad y justicia.

Los padres de los 43 han caminado todo el país y han salido fuera de fronteras reiterando, una y otra vez, la misma pregunta: ¿qué pasó y dónde están sus hijos?

Del otro lado, nadie escucha. Solo hay mentiras y olvido. Desde el comienzo, el gobierno mexicano ha ocultado, dilatado y manipulado las pruebas amparando en total impunidad a los responsables: los cuerpos de Policía Municipal, Federal y Ministerial, el Ejército y agentes civiles vinculados al narcotráfico. Solamente ha viciado el caso de chivos expiatorios y pruebas falsas, sin una investigación real.

En marzo de 2015, a pedido de los padres, y de acuerdo con el Estado de México, se creó el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), bajo la órbita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

El GIEI presentó nuevas líneas de investigación y llevó a cabo numerosas acciones en el proceso, tendientes a descubrir la participación de las fuerzas represivas involucradas, demostrando la falsedad de la “verdad histórica” presentada por el Gobierno.

El Gobierno no renovó su período de trabajo y los investigadores debieron abandonar el país. La CIDH aprobó un nuevo mecanismo para continuar supervisando la investigación, pero el Gobierno no ha respondido a las múltiples recomendaciones y observaciones internacionales.

Los familiares y estudiantes de Ayotzinapa exigen el cumplimiento de cuatro líneas imprescindibles para la búsqueda de verdad y justicia:

1-     Abrir una investigación contra elementos del 27 Batallón de Infantería del Ejército mexicano. La noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre estuvieron presentes en los lugares donde fueron agredidos los estudiantes de Ayotzinapa.

2-     Las pruebas indican que por lo menos 25 estudiantes de Ayotzinapa fueron llevados a Huitzuco; en la detención participaron elementos de la Policía Federal, Municipal, Ministerial y del Estado.

3-     La PGR tiene mil teléfonos que está analizando; 17 de estos son de los estudiantes desaparecidos. Desde abril de 2016, los resultados del análisis de geolocalización y contenido de las conversaciones no han sido entregados a las madres y padres de familia.

4-     Las investigaciones revelan que el principal móvil de la agresión a los estudiantes de Ayotzinapa tiene que ver con el trasiego de droga que el grupo delincuencial Guerreros Unidos llevaba a cabo desde Iguala hasta Chicago. Exigimos avanzar en esta línea de investigación hasta su esclarecimiento.

Enrique Peña Nieto se ha negado hasta ahora a permitir que los investigadores avancen, e insiste en sostener la mentira que desde la Procuraduría General de la República, la Secretaría de Gobernación y otras dependencias fabricaron para mantener el caso en absoluto secreto y asegurarse de que los principales perpetradores permanezcan a salvo, mediante la ocultación de pruebas reales, la implantación de pruebas falsas y la aplicación de tortura para obtener confesiones, todo absolutamente demostrado por los investigadores.

La exigencia de saber la verdad acerca de la desaparición de los 43 normalistas forma parte de la condena al terrorismo de Estado y al sistema de impunidad que impera hoy en México, la brutal represión a la que está sometido el pueblo en su conjunto, marco en el que se cometen gravísimas violaciones a los derechos humanos, cuya intensidad va en aumento.

En Uruguay, no olvidamos el pedido que nos hicieron los familiares de los 43 en su visita a nuestro país, durante la Caravana 43 Sudamérica, en mayo de 2015: «¡No nos dejen solos!».

Junto a todas las personas, colectivos y organizaciones del mundo que participan en esta acción global, nos hacemos eco de lo exigido por las familias y los investigadores.

Por todo esto, quienes firmamos este pedido responsabilizamos al Estado mexicano por el crimen de lesa humanidad cometido contra los estudiantes de Ayotzinapa y demandamos que el presidente Peña Nieto de una vez por todas tome medidas que garanticen una investigación independiente y sin más obstrucciones, basada en las cuatro líneas planteadas por los expertos, y ponga fin a tanta impunidad. Por verdad y por justicia.

¡VIVOS LOS LLEVARON!

¡VIVOS LOS QUEREMOS!

Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos

Agrupación de Funcionario de la U.T.E. (AUTE)

Agremiación Federal de Funcionarios de la Universidad de la República (AFFUR)

SAG

Colectivo Contraimpunidad

Colectivo de fotoactivismo RebelArte

Globale Uruguay

En 1989 un informante de Inteligencia reveló que había “enterrado gente”

El documento es del 2 de junio de 1989 y forma parte de los cientos de miles que integran el “archivo Berrutti”. Allí se encuentra la transcripción de una “entrevista” con un informante. Al principio son dimes y diretes. Se sospecha que un informante sería un “doble agente”. Se tiran nombres para aquí y para allá, apellidos, seudónimos. Se habla de dinero, de recibos y de un hombre “muy duro” que está “acostumbrado a comprar a todo el mundo” y es “responsable desde el punto de vista administrativo de lo que hace la Agencia en el país”. El informante entrevistado explica en qué consiste el trabajo “administrativo” que hacía ese señor: “Compramos este vehículo, lo cambiamos, compramos una moto, vamos a reflotar esto, la gente, necesitamos cinco personas porque se va a llevar tal cosa, cuál es el costo, qué mantenimiento, qué dinero hay, qué premios se pueden dar, se puede dar aguinaldo, se pueden dar premios estímulo”.

Según cuenta el informante, tuvo problemas con ese “responsable de la Agencia”, pero no quería “discutir”, ni “pelear”, ni “volver a eso”. También dice que ser “portero” fue “una prueba” que le estuvieron haciendo y le cuenta al “entrevistador” un diálogo que tuvo con el hombre “muy duro”. Dice que primero le dijo: “¿Qué me tienen que probar? No me sirve. Yo no maté gente por satisfacción propia, y a vos te consta. Porque salimos juntos, estuvimos juntos enterrando gente, ¿o no?”. El “responsable de la Agencia” le contesta: “Sí, pero eso fue una cagada”. Y el “portero” agrega: “Y bueno, está, si vos te olvidaste de eso, yo no me olvido, porque no lo hice con satisfacción, y vos tampoco. Hubo una diferencia, yo no me mamaba después de hacerlo, yo pensaba que teníamos que trabajar de otra manera para evitar llegar a eso. Y te insistí y te rompí las bolas durante años, de que formáramos un equipo de gente para que mañana, de diez tipos, tuviéramos que matar a tres para obtener información, porque es al cohete”.

Más adelante, queda claro a qué se refieren con “agencia”, porque el “entrevistador” le pregunta si “el Director y Sub-Director también entran en la bolsa esa de la CIA”. El “entrevistado” dice que sí y luego señala que en el Ministerio de Relaciones Exteriores y en el del Interior “están los superiores y los responsables permanentes”, a los que llaman “residentes”. Agrega que “ellos” pagaban “por el grado que vos tenés y el lugar donde estás, pero también la responsabilidad directa que vos tenés de trabajo de campo”. “Si tu trabajo de campo es meramente ser el responsable del lugar, donde está la gente, a ellos no les importa nada, entonces, lo que hacen es pagarte de otra manera. Te pagan con viajes, estadía y vacaciones para tu familia”, finaliza el informante entrevistado.

Desde adentro

Las entrevistas con los informantes parecían ser bastante frecuentes. Entre los documentos a los que tuvo acceso la diaria se encuentra, por ejemplo, uno del 22 de febrero de 1991 en el que se transcribe la conversación entre un agente de Inteligencia y un informante que trabajaba en OSE, al que le pedían el listado de los funcionarios “que serían los más peligrosos” dentro del Centro de Cómputos de la empresa pública. El informante se refiere a más de una veintena de personas. Dice que cuando “mandó chequear” a una señora que siempre tuvo “una actitud hostil” hacia él, le llevaron la “novedad” de que era “izquierdista”, entonces se le “aclaró el panorama”. “Ella se manifiesta ante todo el mundo de que es colorada, pero a mí me sorprende mucho de que sea colorada, habría que declararla en OBSERVACIÓN [mayúsculas en el original]”.

Con respecto a otro funcionario, señaló que un día, “de casualidad”, le revisó el escritorio y encontró “revistas soviéticas” y “una invitación oficial del Partido Comunista a nombre de él”. “A todo esto, yo consulté con otra persona por la identidad de este individuo, y se me dijo que eso era una broma que me habían hecho a mí. Pero esta broma la tengo que descifrar, si es cierto que se me hizo una broma, o si realmente la invitación que tenía, una tarjeta de color rosado, era una tarjeta del Partido Comunista”.

Además de las descripciones de sus compañeros de sección, el informante traza las relaciones y afinidades entre los funcionarios. En una parte de la “entrevista” señala que tuvo “la oportunidad de salir” con una “joven mujer” del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN). Entonces, el entrevistador de Inteligencia le pregunta: “¿Saliste con ella y no sabías que era MLN?”. “No, estuve intimando, le dije que era anarquista. Estuve en la casa y ahí vi símbolos del MLN pintados por toda la casa, en las paredes”.

Después, el informante de OSE se refiere a una señora que es “esposa de un frenteamplista”, y luego de dar el nombre dice que es una persona en la que también “hay que reparar, porque es tan frenteamplista como el marido y es bastante extremista”. Al marido lo describe así: “Es una persona extremista, fanática del sistema de Cuba, lo ha manifestado abiertamente en muchas oportunidades; defensor del sistema marxista-leninista, enemigo del sistema democrático, y una persona de cuidado”.

De otra funcionaria dice: “Extremista, MLN, persona peligrosa, persona que con toda seguridad, en un conflicto hipotético, va a agarrar las armas para pelear. Enemiga de todo, de los partidos tradicionales, del sistema democrático, pero enemiga también de los propios frenteamplistas. La única persona que parece que tuviera razón es ella, está en una posición demasiado radicalizada, es la persona más radicalizada del Centro de Informática”. Luego indica que una mujer, “además de ser frenteamplista, en épocas pasadas estaba con una escarapela del CHE [mayúsculas en el original] que la usaba permanentemente como distintivo, y que se dedicaba a escuchar música sandinista adentro del Centro de Cómputos, donde está el Computador Central”.

Momento Kodak

Pero Inteligencia no sólo se valía de informantes: también sacaba fotos. El “memorándum” 1.287, del 25 de octubre de 1990, versa sobre una reunión de padres y docentes de una escuela que fueron “citados a través de un volante”. Se describe lo que dijeron una maestra y la directora de la escuela. Luego se consigna que una señora de la que “no se pudo determinar nombre, ni si era madre de un alumno o integrante de Comisión Fomento, pero aparentemente podría tratarse de una docente de la tarde”, manifestó “que también habría que luchar por los 4.000 docentes que fueron sancionados por no concurrir a los actos del 25 de agosto”.

El texto concluía: “Antes de finalizar la reunión se acordó realizar una carta donde se expondrán las carencias de la escuela, para ser firmadas por padres de alumnos y ser presentada posteriormente al CODICEN. La reunión finalizó a la hora 21.30 aprox., contando con una concurrencia no mayor de 40 personas. Llamó la atención nuevamente la escasa concurrencia pese a la distribución de volantes”. “Se adjuntan fotos y transcripción de la grabación”, dice al final del documento. Son diez fotos y cada una incluye un pequeño texto descriptivo. “Maestra no identificada que estuvo en las dos reuniones”. “NNF que propuso luchar por los 4.000 sancionados (posiblemente maestra turno vespertino)”. “NNM. Posible dueño del kiosco sito en […], donde habrían fotocopiado los panfletos”. “NNF, posible practicante, vinculada a la NNF de la foto 2. Las 3 NNF llegaron en un Fiat Duna mat […]”.

No está de más recordar que las actividades de espionaje y vigilancia llevadas adelante por los informantes se realizaban durante gobiernos democráticos y en circunstancias en que todos los partidos políticos y organizaciones sociales vigiladas actuaban en la más plena legalidad.

Atrás de Tabaré

En un documento de noviembre de 1990 se consigna información sobre una “caravana organizada por el Frente Amplio” que arrancó a las 9.20. A las 11.10 “se detecta a Tabaré Vázquez recorriendo la caravana por 18 de Julio en el coche matrícula […] y atrás del coche del Intendente se detecta el Fiat 147 azul mat […] en actividad aparente de custodia con 4 NNM“. Luego decía que, diez minutos más tarde, “se inicia el movimiento de coches que fue acompañado por ruido de bocinas, se toman algunas matrículas y se contabilizan entre camiones y ómnibus un total de 50”.

Ignacio Martínez

Fuente: la diaria

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