Declaración de INDDHH ante sentencia de SCJ

29 octubre, 2017

Mientras altas autoridades mundiales y regionales para la defensa de los derechos humanos visitaban Uruguay, se conoció una nueva sentencia de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) declarando inconstitucional la imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad – incluyendo la tortura – cometidos durante la dictadura militar. Para esto la SCJ declaró inconstitucionales los Arts. 2 y 3 de la ley 18.831 – (Pretensión Punitiva del Estado – Restablecimiento para los Delitos Cometidos en Aplicación del Terrorismo de Estado hasta el 1° de marzo de 1985).

La INDDHH expresa su profunda consternación por los contenidos de tal sentencia (dictada por una mayoría de tres de sus ministros ) y siente la obligación de llamar a la reflexión sobre los nefastos efectos que acarrea la opción tomada por la mayoría de la SCJ.

Esta no es la primera vez que las víctimas de los crímenes de lesa humanidad en nuestro país se ven defraudados por la SCJ. Desde 1988 cuando la SCJ declaró (en fallo similarmente dividido) la constitucionalidad de la ley de Caducidad – entendiendo además que aquella norma no violaba la independencia judicial -, hasta el fallo que hoy motiva esta comunicación, varias sentencias han contribuido a consolidar un grado de impunidad sin parangón en la región.

El efecto acumulativo de tales decisiones agudiza el impacto de cada sentencia individual . Esto tiene devastadoras consecuencias para las víctimas, para la sociedad y para la posición de nuestro país en el concierto internacional.

• En primer lugar estas decisiones (declarando que la tortura cometida durante la dictadura no es un crimen de lesa humanidad) exacerban el desamparo de las víctimas, que desde hace décadas ven socavado su derecho a la justicia.

• En segundo lugar, obstaculizan la resolución de los traumas de nuestro pasado reciente. Esto ocurre cuando nuestra sociedad transita hacia nuevas etapas, que requieren la cicatrización de las heridas del pasado y cimientos de verdad y justicia que habiliten un ejercicio de la memoria que alerte y resguarde a las nuevas generaciones de los desbordes de nuestro pasado.

• En tercer lugar, nuestro país queda en incumplimiento de sus obligaciones internacionales sobre de derechos humanos. Uruguay es parte de tratados internacionales. Como tal se ha obligado (voluntariamente) a actuar de acuerdo con el consenso de la comunidad internacional sobre los crímenes de lesa humanidad. La decisión de la SCJ, que tiende a desconocer el valor del derecho internacional de los derechos humanos, obstaculiza el cumplimiento de esta obligación. Nuestro país también está obligado a cumplir con sentencias internacionales como la del caso Gelman. Esta decisión también impide dar cumplimiento cabal a la sentencia de la Corte Interamericana sobre el caso Gelman.

• Finalmente, hay que recordar que Uruguay logró recuperar su otrora destacado rol en la comunidad internacional; una política exterior progresista sobre derechos humanos ha contribuido a estos avances, que restauraron la imagen externa del país. Decisiones regresivas como la recientemente emitida por la SCJ, socavan ese esfuerzo.

Al instar a la reflexión sobre las consecuencias de la sentencia de la SCJ, la INDDHH es consciente de la importancia del debate al que llama. Temas como la transparencia e independencia de nuestro sistema judicial, elementales valores de solidaridad humana y el rol que el derecho de los derechos humanos juega en nuestro ordenamiento jurídico, son parte de esta discusión. La INDDHH considera sin embargo que es imprescindible que esta discusión tenga lugar, sin perder de vista que la impunidad no es inevitable, pero que solo a partir de un esfuerzo institucional y colectivo podremos dar respuesta a los reclamos de verdad y justicia, que nuestra sociedad y nuestro futuro exigen.

Fuente: Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo

Las Abuelas de Plaza de Mayo encontraron a la nieta 125

Estela de Carlotto (I), Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, anuncia al nieto número 125, durante el 40 aniversario de la organización de derechos humanos que dirige en Buenos Aires, ayer. Foto: Juan Mabromata / AFP

«Abuelas de Plaza de Mayo tiene la inmensa alegría de comunicar la restitución de la hija de Lucía Rosalinda Victoria Tartaglia», informó la organización argentina en un comunicado emitido ayer. En el texto, la organización dedicada a recuperar a unos 500 niños apropiados por la dictadura anunció que se trata de la nieta número 125.

Tartaglia era conocida como La flaca, militaba en la Juventud Universitaria Peronista en La Plata y fue secuestrada en 1977, cuando tenía 24 años y estaba embarazada. La familia logró averiguar que Lucía estuvo secuestrada en el centro clandestino conocido como Atlético-Banco-Olimpo y que había dado a luz en cautiverio.

En marzo de 2011 14 represores fueron condenados por la desaparición de Lucía.

«Gracias a la perseverancia de nuestra búsqueda y de todo el movimiento de Derechos Humanos, hoy la nieta 125 puede conocer la verdad sobre su origen», concluye el comunicado de las Abuelas.

Fuente: la diaria

Demasiado

Gisella Marsiglia, durante un acto por la violación a los derechos humanos durante el terrorismo de Estado, ayer, en la Plaza Libertad. Foto: Federico Gutiérrez

“Estuvieron 11 años presos. Mi madre en Punta de Rieles y mi padre en el Penal de Libertad. Mi madre estaba embarazada de mi hermano cuando cayó presa; a él lo criaron mis hermanos. Yo nací en 1989, en democracia. No lo viví directamente pero sí vivo las secuelas que dejó en mi familia. La dictadura también nos afectó a los hijos”. Historias como esta rompían con la locura de 18 de Julio a las cinco de la tarde en la plaza Libertad. El grupo Denunciantes de Causas Penales de Violaciones de los Derechos Humanos durante el Terrorismo de Estado convocó a una movilización con el lema “La justicia, cuando tarda, no es justicia”.

“Supongo que querés saber cuál es mi causa”, comenzó diciendo Liliana Pertuy, una de los 40 adolescentes de entre 13 y 18 años que estuvieron presos y fueron torturados en un cuartel del departamento de Treinta y Tres. La integrante del colectivo de denunciantes contó que fueron 20 de los 40 que presentaron la denuncia y señaló que después de que se presentó un recurso de inconstitucionalidad, “todo quedó quieto”. “Nos dicen que no los encuentran, que no saben dónde viven. ¿Cómo me vas a decir eso en un país de tres millones de personas?”, preguntó. La ex presa política se refirió a las demoras en el avance de estas causas penales y expresó que “queda mucho por hacer” y que, si bien “con el Frente Amplio algo ha cambiado, ha sido muy poco”.

“Esta ley de impunidad lo que ha hecho es dividir en categorías y ha privilegiado a lo peor de la sociedad”, dijo. Y agregó: “Esta impunidad dividió a los ciudadanos; los que han cometido los delitos más aberrantes, más espantosos, robos, secuestros de bebés, violaciones, asesinatos, torturas, saqueos, esos están amparados”.

Pertuy hizo referencia a la reciente declaración de la Suprema Corte de Justicia en la que se considera inconstitucional la imprescriptibilidad de delitos de lesa humanidad para un caso de torturas en Tacuarembó y expresó que es “una burrada típica de la Edad de Piedra, de cavernícolas”. “Es retroceder, ir para atrás; a mí me llaman desde afuera,de otros países, diciendo que no pueden entender”, agregó Pertuy. Además, al reflexionar acerca de quienes tomaron esta decisión, dijo que “ellos han sido uruguayos, han vivido en este país, se habrán enterado de las aberraciones que pasaron durante los 11 años de dictadura y conocen la historia; [esta declaración] no es explicable mediante la lógica“. “Están defendiendo la desigualdad ante la ley”, dijo, y agregó que el colectivo de denunciantes quiere “llamar la atención sobre esto; Uruguay es un país con una larga tradición democrática”.

La denunciante contó que esta es la primera vez que se coordinan para hacer algo juntos, y que seguramente harán más cosas en el futuro “para ver si se mueven” las causas penales. “Esto es para el futuro, para las generaciones que vienen; yo voy a seguir luchando hasta el último de mis días”, finalizó Pertuy.

La actividad incluyó espectáculos artísticos y contó con la adhesión del PIT-CNT, la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay, Crysol, el Servicio Paz y Justicia, el Instituto de Estudios Legales y Sociales del Uruguay, Familiares de Detenidos Desaparecidos y el Observatorio Luz Ibarburu.

Fuente: la diaria

Piden respuestas

PIDEN RESPUESTAS

Familiares de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa asisten a la reunión de la CIDH en Montevideo

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos y los familiares de los 43 jóvenes normalistas, desaparecidos hace ya tres años en Iguala, México, exigen al Gobierno mexicano acciones concretas y respuestas.

De izquierda a derecha, Emiliano Navarrete, Vidulfo Rosales y Blanca Luz Nava. Foto: Carlos Loría – LARED21

Familiares de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, jóvenes de un colegio normalista de la localidad de Iguala, en el estado mexicano de Guerrero, asisten esta semana al 165° período de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que se lleva a cabo en Montevideo.

En una conferencia de prensa con pocos medios presentes, llevada a cabo este martes en la sede de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos de Uruguay, dos padres de familia y el abogado representante del grupo de padres de los desaparecidos, pidieron respuestas y acciones concretas al Gobierno de Enrique Peña Nieto.

“Esto lo provocó el Gobierno, porque nuestros hijos fueron desaparecidos por policías”

“Todo el conjunto de datos y elementos que pone sobre la mesa (el Gobierno mexicano), hoy en día no ofrece una perspectiva de dónde se encuentran los estudiantes (…) el Estado mexicano emitió unas conclusiones a las que llamó ‘la verdad histórica’, que decía que en el basurero de Cocula (Guerrero) fueron asesinados los 43 estudiantes”, explicó Vidulfo Rosales, especialista en Derechos Humanos.

El abogado, que ha estado trabajando junto a los padres de todos los 43, aseguró que la tesis de la “verdad histórica” fue “echada por tierra” por un grupo interdisciplinario de expertos independientes, que emitió un dictamen en el año 2015. Posteriormente, esta posición de los expertos fue ratificada por un equipo argentino de antropología forense.

Video: https://youtu.be/IMhtImJmffY

Aseguran que las fuerzas de seguridad están implicadas

Rosales y los familiares aseguran que los 43 muchachos fueron llevados por vehículos de la Policía de Iguala hasta el municipio de Huitzuco, Guerrero, a 31 kilómetros al este de Iguala, donde fueran vistos por última vez.

Afirmó que tanto la Policía de Iguala como la de Huitzuco, la Policía Federal y el Ejército Mexicano están implicadas en la desaparición forzada y que habría un vínculo entre el cartel de drogas “Guerreros Unidos” y efectivos policiales.

Emiliano Navarrete, padre de José Ángel Navarrete González, uno de los 43 desaparecidos, criticó fuertemente al Gobierno nacional. “El Ejército Mexicano tenía conocimiento en tiempo real”, apuntó. “Todas las fuerzas del orden” están relacionadas, aseveró.

Denunció que ninguno de los que ellos consideran implicados han sido llamados a declarar, y que algunos incluso han sido subidos de puesto o se les han otorgado beneficios y protecciones especiales.

“Esto lo provocó el Gobierno, porque nuestros hijos fueron desaparecidos por policías”, expresó Blanca Luz Nava Vélez, madre de Jorge Álvarez Nava, uno de los 43.

“El Gobierno está aferrado a que nosotros no sepamos la verdad, pero como madres tenemos que saber la verdad, porque no solo nos engaña a nosotros sino que engaña a toda la sociedad con sus mentiras”, dijo.

Faltan 43

Los estudiantes normalistas desaparecieron la noche del 26 de setiembre de 2014 en la localidad de Iguala, estado de Guerrero, mientras viajaban en ómnibuses a Ciudad de México para asistir a una manifestación. Tras un confrontamiento con fuerzas de seguridad que llegaron hasta los vehículos, no se tiene noticia del paradero de 43 de ellos. Esa noche también fallecieron dos estudiantes, una persona civil y otro estudiante más quedó en estado de coma, hasta la fecha de hoy.

La “verdad histórica”, versión oficial del Gobierno mexicano, sostiene que los muchachos fueron entregados por agentes corruptos a hombres del cartel Guerreros Unidos, que los asesinaron y los incineraron en un basurero municipal.

Fuente: La Red 21

 

1 128 129 130 131 132 213